Comer en MAMA CAMPO

Yo tengo mi corazón dividido con esto de la alimentación eco. Es un concepto que me atrae, pero viviendo en una cuidad, me parece poco práctico volverse dogmático con esto. Porque no todos los días puedo comer en un restaurante bio, ni comprar leche o verduras sin pesticidas. Pero cada vez que tengo ocasión procuro abastecerme de los productos que encuentro y desde luego disfruto de sitios como Mama Campo.

Mama Campo es un restaurante ubicado en la Plaza de Olavide, en el barrio de Chamberí. Los dueños tienen también el Colmado, la Cantina o la Cocinita de Mama Campo. Estos negocios complementarios entre si, giran en torno a los productos bio, y desde luego cuidan la presentación hasta el último detalle.

El restaurante es pequeño, aunque si el tiempo lo permite, disponen de una de las terrazas mas cotizadas de la plaza. La decoración es cálida y envolvente en colores naturales y materiales rústicos.

En su cocina destaca sobre todo la materia prima, y me gusta porque sus propuestas son  sencillas, con una carta no muy larga, pero siempre puedes encontrar productos de temporada de primera calidad.

Una sábado a mediodía y aprovechando una oferta de El Tenedor, tomamos lo siguiente:

#01 Gazpacho de remolacha 

Una cortesía de la casa.

#02 Cesta de panes

Los menciono porque es el mítico pan de Panic, que también venden en El Colmado. Un pan muy bueno.

#03 Crema de zanahoria y menta

Otro clásico que siempre pedimos, porque está realmente deliciosa.

#04 Croquetas de pollo en pepitoria

Si te gusta la pepitoria estas son tus croquetas. Originales y muy buenas.

#05 Merluza asada con guarnición de setas, patata morada y judías amarillas

Este plato es uno de mis favoritos. Un buen taco de merluza, jugoso y en su punto. Ya sé que lo que dice la carta no se corresponde con lo que aparece en el plato, pero la guarnición de verduras cambia según la oferta y por mi parte no hay ninguna objeción. Siempre ha sido de mi agrado.

#06 Roast beaf a nuestra manera

"A nuestra manera" quiere decir que es una interpretación a modo de ensalada. Una interpretación ligera de este clásico, pero siempre con una carne jugosa y tierna.

#07 Tarta de limón y merengue

Este día pedimos la tarta de limón, ¡pero ay! echamos de menos la tarta de queso. Si vas, pídela, ya nada será lo mismo...

¿Cuanto cuesta comer en Mama Campo? Añadiendo una cerveza y una copa de vino a todo lo anterior, y considerando la oferta de El Tenedor, la cuenta ascendió a 50€, para dos personas.

MAMA CAMPO

Calle de Trafalgar, 22

28010 Madrid - España
Tel.: +34 914 47 41 38

LIBRO RECOMENDADO para cocinillas

Preparando mi último viaje a China busqué varios libros que llevarme para leer en el largo trayecto en avión. Entre ellos había guardado “El perfeccionista en la cocina” de Julian Barnes. Un libro delicioso que te gustará si eres un cocinillas amateur, coleccionista de libros de cocina compulsivo y sobre todo perfeccionista en la cocina.

No es una novela, sino varios capítulos que hablan de las diversas vicisitudes de los que cocinamos siguiendo las recetas de otros.

Un libro que se puede leer del tirón mientras sonríes y te reconoces abiertamente entre sus páginas. Me hubiera gustado degustarlo con un buen té y un trozo de bizcocho una tarde invernal arropada por mi mantita. En vez de eso estoy aterida de frío en el avión, tapada por dos mantas azul chillón que producen demasiada electricidad estática y una cena que me resulta insoportable (entre nosotros, y ahora que no nos lee nadie, no hay nada que deteste más que esta comida de avión ¡Nada! Si acaso que el libro no me dure todo el trayecto…) En fin, me dedicaré a escribir esta reseña.

EL PERFECCIONISTA EN LA COCINA
Julian Barnes
Publicado por ANAGRAMA
Colección Compactos

¿Qué como cuando estoy en China?

El último día en China, antes de volver a España, como siempre comí en la fábrica. El porqué estaba allí ya lo he contado en alguna otra ocasión, y como era mi despedida, hicieron una comida especial. 

No, esta vez no hubo tortuga, pero si dos variedades de crustáceos. Otro plato consistió en unos bivalvos con jengibre y chile que os tengo que contar la receta cualquier día de estos, porque es fácil y realmente sabrosa. 

El pescado dio mucho juego, porque gracias a él he incorporado una palabra más a mi vocabulario chino. Pez en chino se pronuncia “iiiii” como si estuvieran aspirando hacía dentro mientras lo pronuncias. La verdad es que se te queda la boca con forma de pez, debe ser por eso que los chinos lo llaman así. 

En fin, de mis andanzas chinas poco más os cuento, que doy las gracias a mis anfitriones por lo bien que me cuidan, lo mucho que se preocupan por mi y por todo lo que he aprendido y compartido con ellos. Y por último, doy las gracias porque entre tanto “ajetreo parisino” he vuelto y eso es lo importante, para reencontrarme con los míos alrededor de una buena mesa.

LUJO ASIÁTICO

Seguro que todos habéis escuchado alguna vez la expresión “lujo asiático”, pero a qué se refieren exactamente, y aplicado a la comida, qué esperan en China de un restaurante de lujo.

El otro día en Xiamen, sur de China, durante el fin de semana, me invitaron a cenar, según mi anfitrión, en unos de los mejores restaurantes de la ciudad.

El restaurante era un buffet temático de marisco y pescados, dentro de un hotel de cinco estrellas. Cuando voy a restaurantes en China lo que más me sorprende es lo desmesurado que son. En este caso el restaurante era gigante rodeado por enormes peceras y un gran acuario central.

Pasada la primera fase decorativa, viene la comida. Bien, esto es un buffet, te levantas y te vas echando cosas en el plato, pero yo me fui con mi cámara y esto es lo que cogí para vosotros.

Esculturas de hielo de colores que acogían todo tipo de cortes de sushi en la zona japonesa. La iluminación hacía relucir todos los moluscos acompañados de sus conchas,  y lucían como en las mejores joyerías. Algunos carteles avisaban a los comensales de que el coral blanco no era comestible. Barcos piratas cargados de pescaditos dispuestos para la parrilla y grandes ollas de cangrejos picantes. Al final me decanté por una langosta Thermidor, que apareció en la sección de cocina europea.

Cuando ya no esperas más que acabar tu enorme plato de comida y pasar a los postres, se anuncia el gran espectáculo de la noche. En el acuario central aparecen tres supuestas “sirenas” haciendo piruetas, mientras que las mantas rayas y las tortugas cansinas dan vueltas alrededor. Todo el mundo hace la foto, hay que subirlo rápidamente a We Chat, el Facebook chino y compartir. En fin, ya veis, no seréis los primeros en ver estas maravillas.

Se acaba el espectáculo y parece que los niños se empiezan a aburrir. Ni las chuches ni las fuentes de chocolate de todos los colores parecen captar ya su atención. Pero no todo está perdido. Acaban de anunciar un curso de decoración de tartas y rápidamente la atracción y los niños se trasladan a otra parte. Descanso para los padres, que atacan los últimos rincones del buffet, un barco cargado de exóticas frutas recogidas de todos los lugares del mundo, la mitad de las cosas no sé ni como se llaman, la verdad.

¡Uff, acabé llenísima y con la cámara cargada de fotos! No sé que os parecerá a vosotros pero yo alucino mientras veo todo este despliegue y ajetreo, al fin y al cabo esto es un restaurante y no Disneyland.

Y después, cuando vuelvo a casa todo me parece no sé como explicarlo, quizá tan reducidamente… ¿¿¿europeo???